A la compañía estadounidense Gilead no le han faltado motivos de peso con los que darse a conocer internacionalmente a través de la industria farmacéutica desde la que opera.

Entre algunos de los aportes más significativos de esta famosa empresa biotecnológica destacan sus terapias de sofosbuvir, mediante los cuales marcó un antes y un después en la lucha contra la hepatitis C.

Siguiendo dicha estela y considerando las circunstancias actuales, Gilead ha brindado su ayuda para frenar la actual pandemia a través del desarrollo del primer medicamento de eficacia ya certificada contra el COVID-19: el remdesivir.

Según los ensayos y testeos realizados con el fármaco por la corporación norteamericana, la mayor parte de los pacientes debería recibir una media seis dosis para que el tratamiento resulte efectivo.

Aquellos usuarios a los que les fueron administrados el anti-viral durante su estancia en el hospital bajo dichas pautas experimentaron una reducción considerable del tiempo de recuperación, acercándose a un promedio de cuatro días.

Referenciando el caso estadounidense, un alta hospitalaria más temprana basada en los datos mentados previamente supondría además un ahorro estimado de 12.000 dólares por paciente.  

Ya se ha anunciado igualmente su precio de salida, que será de 390 dólares –347 euros al cambio– para la administración pública, incluida la española y de 520 dólares en el caso de sanidad privada, lo que se traduciría a su vez en una terapia cuyo costo total ascendería a 2.079 y 2.785 euros respectivamente teniendo en cuenta la cantidad de viales necesarios.

Según el CEO de Gilead Daniel O’Day, la entidad estima que la inversión realizada en la fabricación de remdesivir supera los 1.000 millones de dólares y ha expuesto públicamente su compromiso en que prosigan las investigaciones con las que tratar de poner fin a la enfermedad en las fases más prematuras de su desarrollo.