Pepe Grosso
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MÁS ALLÁ DE UN PROFESOR

Pepe Grosso: "La Filosofía va más allá de ser sólo una asignatura"

Pepe Grosso: "La Filosofía va más allá de ser sólo una asignatura"

De alma polifacética. Bebe en las fuentes filosóficas para impartir docencia de aquello que ama. Es tan profesor de filosofía como actor o viceversa. Sevillano de exquisitas maneras, adorador de Ceuta. Persona bondadosa, amante de la lectura y el teatro. José Luis Grosso Ramos.

¿Qué es la filosofía para ti?

En primer lugar, es necesario hacer una precisión terminológica, porque filosofía es una palabra que engloba muchos significados. Lo primero que tenemos que ver es si con filosofía nos estamos refiriendo a la historia de la disciplina, es decir, a la filosofía académica, lo que han pensado a lo largo de toda la historia el elenco de pensadores que consideramos como grandes filósofos o si hablamos de la filosofía como una actitud.

Yo prefiero referirme a la filosofía como una actitud, como algo inherente al ser humano, algo a lo que le presto una atención y le dedico una reflexión, algo natural en el ser humano.

 

¿Qué supone la filosofía para la vida?

Para la vida lo supone todo, de hecho, no hay posibilidad de vida humana si no hay una vida filosófica, aunque parezca demasiado tajante. Es una constante pregunta sobre el sentido de la propia existencia, de la propia vida, una constante reflexión y contínua duda acerca de lo que las cosas son o deben ser, frente al ser. Es decir, sería una constante interrogación en los seres humanos para encontrarle sentido a aquello que hacen y que es sólo y exclusivamente humano. Entonces: ¿qué supone para la vida la filosofía?, supone tanto que, en resumen, una vida no filosófica no es una vida propiamente humana.

Insisto en que me sigo refiriendo a la filosofía como una actitud del ser humano.

 

¿El pensamiento humano ha variado mucho o es el mismo, repetido a lo largo del tiempo?

El pensamiento es el mismo, lo que cambian son las respuestas que se dan. Las preguntas que se hacían los primeros seres humanos y las inquietudes son las mismas, por lo tanto el ejercicio del pensamiento también.

Imaginemos, por ejemplo, un grupo humano no civilizado o pre-civilizado, una tribu con un conocimiento no escrito de las cosas, un conocimiento meramente oral o muy rudimentario, ante un terremoto. La preguntas deberían ser muy parecidas a las actuales pero en su contexto histórico, ¿por qué ocurre esto?, ¿qué estamos haciendo mal?, ¿cómo podríamos evitarlo?

 

¿Por qué elegiste estudiar filosofía?

No me había ido nada bien en bachillerato, me revelaba ante determinados estereotipos y roles que debía cumplir todo “buen chico”, que yo desgraciadamente no cumplía. Encontré en la filosofía, precisamente, esa posibilidad de reflexión, de iniciar un camino personal de conocimiento. Con la “ayuda” de grandes pensadores de alguna manera me permitía a mí mismo iniciar un camino de reflexión, de autoconciencia, que no me viniese impuesto. Algo a medio camino entre la ayuda y el regalo de otros pensadores sumado a mi propia iniciativa, mi propia creatividad. Creo que encontré todo eso en la disciplina de la filosofía.

 

¿Qué filósofos te han marcado en tu vida?

Me han marcado todos aquellos que he estudiado. En la Facultad se estudian prácticamente todos. Recuerdo una conversación con un queridísimo profesor al que adoraba, Don Manuel Pavón.  A este señor le decía: “Manolo, es que tengo un problema con la Filosofía y es que me los creo a todos.  Su respuesta, era a la vez un gran consejo: “no te creas a ninguno. Que es lo mismo”.

Francamente, me han marcado todos. Aquellos a los que me he acercado, han tenido algo que contarme. Me han dejado noches enteras sin dormir, dándole vueltas a la cabeza sobre aquello que proponían. Especialmente los filósofos de la política, sobre todo, a partir de la modernidad, Maquiavelo, Hobbes, Locke, Tocqueville... son autores con los que sigo teniendo una relación casi de “amistad”.

La Filosofía de estos autores que nombrabas anteriormente, ¿te ha marcado también en tu profesión?

Sí, claro. En mi profesión sí, porque inevitablemente el pensamiento de estos autores es tan contundente, tan aplastante, que cuando uno los lee los digiere y los reflexiona, casi llegan a formar parte de uno. Es inevitable.

En mis clases de bachillerato, intento citar a los autores lo mínimo posible. Lo mismo hago con textos concretos. Soy consciente de que todo aquello que pretendo decir lo hago inevitablemente en nombre de otro autor, entre otras cosas, porque no puedo comparar aquello que yo quiero decir, con lo dicho ya. Me postro ante su discurso y, francamente, lo único que hago es servir de correa de transmisión. Me han marcado de manera categórica.

¿Debe estar la filosofía en los centros escolares?

Sí, absolutamente. Hay países, como Italia, donde la filosofía se empieza a dar incluso en primaria. El ejercicio de la reflexión crítica, de la duda, del cuestionamiento, de la reflexión en general es un ejercicio ineludiblemente necesario. Cuanto antes se empiece a reflexionar en torno a cualquier aspecto de la vida, del que sea, mucho mejor. Por ejemplo, ¿cómo ser buenos ciudadanos?, ¿en qué consiste esto de ser buen ciudadano? Lo considero necesario desde las edades más tempranas.

¿Crees que es un logro que la Filosofía vuelva a ser considerada como asignatura obligatoria?

A mí la palabra obligatoria no me hace mucha gracia. Yo la llamaría asignatura necesaria. Si nos referimos a que “debe estar”, yo considero que sí. Muchas veces hay que forzar las cosas. Los padres, por ejemplo, cuando educan fuerzan las cosas para conseguir un bien para sus hijos. Hay que forzar un poquito para que se consiga apreciar lo bueno que hay ahí. Es fundamental considerarla como una asignatura necesaria.

 

¿Hacen falta pensamientos divergentes en la escuela?

Divergentes y convergentes, las dos cosas. Hace falta pensar. Está muy bien el pensamiento divergente, no tengo nada en contra de él, pero el pensamiento que converge, por ejemplo, en formar una sociedad mejor, que converge con lo que hay para su mejora, que no se sale, sino que desde dentro quiere reformar, apoyar, aportar todo su conocimiento o todo su saber es siempre un beneficio. No es necesariamente la ruptura con el statu quo lo único que favorece o es posibilitador de mejoras. La reforma desde dentro, la reflexión pausada y moderada por hacer del mundo algo mejor, se puede hacer perfectamente sin necesidad de “romper”.

 

Dijo Schopenhauer: “La rebeldía es la virtud original del hombre”, ¿estamos necesitados de “rebeldes”?

Sí. La palabra rebelde, es una palabra que uso mucho, lleva en su raíz la palabra “bellum” que significa guerra en un sentido de no dejarse someter, de “dar la guerra”, de oponerse. El rebelde como “persona que no se deja someter fácilmente” me parece necesario. Es muy importante que los seres humanos tengamos un espíritu crítico, que no aceptemos las cosas sin una reflexión previa y necesaria para tomar conciencia.

Hay que tener cuidado, porque la rebeldía en sí misma no es un valor y siempre que hay que analizarla: ¿por qué?, ¿hacia dónde?

 

Pepe, en materia filosófica, ¿hacia dónde caminamos?

Caminamos hacia donde diga la sociedad, hacia donde se entienda que están los problemas. Nosotros no podemos adelantarnos al futuro, no podemos prever, sino intuir. Sobre todo, en este mundo tan vertiginoso, tan cambiante, tan poco estático y tan poco transparente. No podemos saber cuáles van a ser los problemas que vamos a tener en breve. Lo que sí sabemos, es que allí donde hay un problema, habrá gente que le hará frente desde la reflexión, desde el pensamiento. Sabemos que siempre va a haber filosofía, precisamente porque es inherente a nuestra propia naturaleza como dije antes y porque no podemos dejar de “hacerla”.

 

¿Está todo pensado ya?

A problemas nuevos, pensamientos nuevos. Se ha dicho en alguna ocasión que “toda la historia del pensamiento era un dialogo entre las obras de Platón y Aristóteles, que todo lo demás eran notas a pie de página.” En este sentido, lo que se quiere decir es que ya estaba todo pensado. Los grandes problemas de la humanidad, sobre la existencia, la justicia, la mejor forma de gobierno, sobre qué hay después de la muerte…se ha pensado muchísimo sobre eso. Como individuo, puede llegar a importar poco lo que se haya podido llegar a pensar en torno a algunos de estos temas.

Todo interesa en el momento que ocurre, en el momento que a uno mismo le pasa. Es cuando cobra una dimensión nueva. Aunque se hayan planteado ya los que podríamos llamar grandes interrogantes o no podamos rastrear problemas de la historia del pensamiento, estoy convencido de que no esta todo ya pensado. Cuando la inquietud o el problema se le presenta a uno personalmente, es cuando llega el momento de reflexionar sobre él.

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Además de concedernos esta interesante entrevista, Pepe Grosso, tras conocer el proyecto Qrónica Ceuta, sus contenidos y el perfil de nuestro equipo y colaboradores, se suma a nuestra familia. Muy pronto, podréis leer sus textos en nuestra sección “Qolumnas de Hércules”. Gracias, Pepe, más allá de un profesor.

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