LUCIANO QRONICA
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DESDE EL MUNDO PARA CEUTA

Luciano Buscemi: "Ante todo, soy andaluz"

Luciano Buscemi: "Ante todo, soy andaluz"

LUCIANO AGUSTIN BUSCEMI ORTIZ

Abogado de Derecho Laboral y Seguridad Social

  • Andaluz e hispano-argentino
  • Trato cercano, directo y personalizado.
  • Buen trato entre los compañeros de esta plaza.

¿Cómo es Luciano Buscemi?

Honesto, capaz, trabajador y, en general, buen tipo. Entregado a su familia, a su trabajo y aunque no disfruta del orden, sí de la organización (el control de los plazos de la abogacía, en cierto modo lo lleva a su área personal). En sus ratos libres le gusta “hacer familia”, compartiendo mesa.

¿De dónde eres?

Yo nací en Buenos Aires en 1983 y allí viví hasta el año 1990 cuando, junto a mi familia nos vinimos para España, concretamente a Estepona, donde estuve viviendo hasta el año 2002. Al año siguiente, me mudé a Granada para cursar mis estudios de Derecho-LADE hasta el 2008, también estuve viviendo en Varsovia. Pero antes de acabar en Ceuta en el año 2013, yendo allí donde había trabajo como abogado laboralista, también viví una temporada en Málaga y varios años en Sevilla.

¿Qué es lo que más echas de menos?

Aunque nací en Buenos Aires, mi corazón y mis raíces las siento en Andalucía, soy esteponero. En ese sentido, aún estando muy agradecido de esta tierra, que es de la que como y la que ha visto nacer a mis hijas, a veces se echa de menos el pueblo, Sierra Bermeja, las calles del casco antiguo, encontrarte con su gente, los amigos, la familia y ese tipo de cosas.

¿Cuándo fue la primera vez que viniste a Ceuta?

Hay dos partes, una es a mediados de los ´90 con mis padres, que hicimos una excursión. De eso yo no me acuerdo porque era muy chiquitito. La segunda fue en el verano del 2003, las cosas del corazón… Ya desde entonces estuve viajando puntualmente hasta el año 2013, cuando se me planteó la posibilidad de venir a vivir aquí.

¿Cuál fue la primera impresión que te causó nuestra ciudad?

Muy curioso el tema del viaje, el barco… toda una experiencia. Además, una “ruptura” de muchas imágenes equivocadas que injustamente se tienen de esta tierra (desierto, caravanas de camellos, mercedes antiguos, etc.). Ciertamente, no nos vendemos bien porque nada más bajar del barco llaman la atención dos cosas: el sentimiento de españolidad y la diversidad cultural.

Recuerdo la primera vez que vine, al ver un precio en una tienda, inconscientemente dije “más barato que en España”. La dueña de la tienda, no sin cierto enfado, estoicamente me corrigió: “será que en la península”. Totalmente de acuerdo…

Además, llama mucho la atención la convivencia entre tantas culturas tan distintas en tan poco espacio. Ceuta es un caso de diversidad muy curioso para el que viene de fuera. Yo creo que lo que más me llamó la atención fue eso, la diversidad cultural que hay y el hecho de que se convive, porque más allá de las tensiones que hay, como en todo, se convive bastante bien.

¿Lo que más te gusta de Ceuta?

La calidad humana de la gente. La forma de relacionarse, sobre todo, desde mi profesión me gusta mucho que la forma de relacionarse con las instituciones sea muy cercana y directa frente a la de la península.

Por ejemplo, cuando yo estaba en Sevilla había doce Juzgados de lo Social, más dos de refuerzo y tenían juicios prácticamente todos los días. Esto impone una despersonalización del servicio público, no puede ser de otra manera. Pero cuando llegas a Ceuta, hace que te choque el grado de cercanía con los funcionarios, para bien. Por ejemplo, el trato directo que tienes con la Dirección Provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social, con los funcionarios del Juzgado de lo Social o incluso con la Jueza: te conocen, saben tu nombre y, obviamente manteniendo las formas y sabiendo qué rol asume cada uno en su profesión, siempre están dispuestos a aconsejar y facilitarte las cosas. Eso se agradece y se valora mucho cuando uno trata de ganarse la vida.

¿Lo que menos?

El aislamiento que tiene la ciudad. Muchas veces a uno le gustaría, por ejemplo, pasar a Marruecos o irse a la Península. Las retenciones o los requisitos administrativos de Marruecos por un lado y el desplazamiento en barco que es caro, lento y depende de la climatología, hace que los que no somos de Ceuta, a veces, tengamos lo que se llama el “Síndrome del Isleño”.

¿Cómo fueron tus comienzos laborales en la Ciudad?

Cuando llegué aquí, el primer trabajo que tuve, era como director de un centro de formación para el empleo y también como asesor dentro de una asesoría local, todavía conservo de recuerdo las tarjetas de presentación. Era muy interesante el trabajo como director en el centro de formación, porque en mi anterior empleo, en Sevilla, me había dedicado entre 2009 y 2013 a la abogacía laboral de empresas: básicamente a tramitar expedientes de regulación de empleo. Era la época más dura de la crisis y se despedía mucha gente todos los días. Cuando llegué aquí, me encargué de formar a personas para encontrar empleo durante prácticamente tres años, muchos de ellos, que ahora están trabajando, se acuerdan de nosotros. Digamos que “purgué” mi alma… Además, a diferencia de mi anterior empleo, esta experiencia me dio la posibilidad de desarrollar una labor de dirección y de coordinación de personal con un equipo maravilloso que hoy, muchos de sus miembros son muy buenos amigos.

Aun así, con el tiempo te das cuenta de que lo que te gusta es la abogacía, el pleito y la toga, y buscas la forma de volver a ella. A partir de ahí, me incorporé a un área laboral de nueva creación de un despacho local y con el tiempo me di cuenta que además quería mi propio despacho. Así, el 1 de abril de este año abrí este local.

Como abogado, ofreces un servicio especializado en Derecho Laboral y de la Seguridad Social. Háblame sobre la especialización

Una de las cosas que he visto aquí en el tema laboral, es que existe la “cultura” por parte del trabajador de acudir directamente al sindicato y por parte del empresario de acudir directamente al asesor de toda la vida para resolver los problemas. Son opciones válidas que tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero también hay que concienciar al potencial cliente, tanto empresarios como trabajadores de que existe otra opción, que por lo que yo defiendo, creo que es la mejor: el abogado profesional liberal especializado en la materia.

Es lo mejor puesto que garantiza que tus problemas jurídicos-laborales quedan en manos de un profesional que sólo tiene un interés: la defensa especializada de tus derechos.

Ciertamente, un sindicato cumple una funciona esencial en una sociedad moderna. Pero seamos honestos, desde el punto de vista del trabajador, resulta inevitable que una organización de este tipo a veces tenga contradicciones entre sus intereses colectivos y la resolución de un conflicto individual de un trabajador concreto. Un profesional liberal, no.

Por lo que respecta al empresario, creo que la principal ventaja es que se ofrece un servicio desligado de la relación diaria y enraizada desde hace años de este con su asesor tradicional. Es lo más inteligente. Puede ocurrir que sea el propio asesor el que haya generado el problema sintiéndose más presionado en mantener su reputación que en buscar una solución. Incluso, no habiendo sido él, puede sentir la presión de tener que resolverlo sin contar con la formación o el tiempo necesarios al considerar que depende de ello la continuación de su relación con el cliente. Acudiendo a un abogado especializado se consigue no solo un servicio de calidad, sino que también, el problema por el que se acude al abogado y su resolución, o no, se desvincula de la relación con el asesor que nos ha llevado las cuentas durante años y que sigue mereciendo nuestra confianza.

De hecho, cuando abrí el despacho mis clientes potenciales eran los trabajadores y los empresarios. Sin embargo, buenos clientes que están entrando son otras asesorías o despachos que quieren garantizar a sus clientes un servicio de calidad, tanto de aquí como de la península. Y son los más agradecidos ya que saben el valor del servicio prestado y lo importante que es para un autónomo cobrar a tiempo...

¿Cuáles son los servicios que ofreces en esta especialidad?

Desde que empecé en abril la especialidad es en Derecho laboral y Seguridad social, a partir de ahí, tratamos temas de despidos, reclamaciones de cantidad, impugnación de altas a la Seguridad Social, tramitación de incapacidades permanentes… todo ese tipo de cuestiones que de alguna forma afectan a la relación laboral y a los derechos de los trabajadores o en su caso de los empresarios. Pero, además, también estamos trabajando con temas de permisos de trabajo y de residencia y trabajo; es decir, extranjería vinculada al mundo laboral.

¿Crees que es necesario prestar un servicio especializado como este en Ceuta?

Sí, digamos que existe una oferta limitada en esta ciudad. Más allá de los sindicatos, cuando uno tiene un problema tan especifico como son los derivados de la rama del Derecho Laboral, lo suyo es contar con un especialista.

No solo por lo que hemos dicho antes. se marca una diferencia, porque el Derecho laboral y de Seguridad Social funciona con una serie de razonamientos a veces contra-intuitivos e instituciones muy particulares cuyo dominio profundo tal vez se escapa a otros compañeros más generalistas o que están centrados en otras áreas del derecho.

¿Cómo te ves frente a la competencia que existe dentro de tu sector?

No me gusta definirme por referencia al resto de profesionales, sino por referencia a mí mismo. En ese sentido, yo lo que ofrezco y valoran positivamente mis clientes, es la cercanía, el trato directo, la política de precios justos y las facilidades de pago.

Conmigo, el cliente sabe que el abogado va a estar a su lado, le respaldará tanto si gana como si pierde y le va a acompañar en todo momento.  Además, sabe que el precio que va a pagar por ello, que es un servicio de calidad, no va a ser barato ni caro, va a ser razonable.

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