El empleo público se ha recuperado durante este año 2018, tras el periodo de crisis económica. Es más, el Gobierno anunció el pasado mes de julio, la mayor oferta de empleo público (desde 2008), un total de casi 31.000 nuevos puestos salen a concurso. Estas convocatorias masivas de empleo público ya están en marcha, no solo en el estrato estatal, también autonómico y municipal.

El perfil de los opositores también ha cambiado respecto a la situación de crisis. Por un lado, candidatos jóvenes que acaban de terminar sus estudios y por otro, candidatos adultos, que superan los 35 años, que han sufrido los efectos de la crisis y buscan una estabilidad laboral.

Angustia, estrés, nerviosismo, ansiedad... preparar unas oposiciones no es tarea fácil. Están atados a horarios, alejados de la normalidad, sólo trabajo constante y motivación. La mayoría se sacrifican varios meses e incluso años, dependiendo del puesto al que se aspire.

Si el resultado no es el esperado, es normal que aparezcan las ganas de abandonar, pensar que se está perdiendo el tiempo, incluso el sentimiento de culpabilidad. Aunque nos parezca estar lejos de optar a una una plaza, es algo que ocurre antes de lo que esperas.

Una vez alcanzada la meta, pocos se plantean ¿qué pasa después? se piensa en otras cuestiones, cuál puede ser el destino o si hay periodos de formación interna. Y sí, en muchas de ellas como por ejemplo policía, bombero o guardia civil hay periodos de formación, en sus respectivas academias y parques. Para que esa plaza no sea retirada, será necesario realizar una serie de exámenes que deben ser superados.

Es el caso de los quince nuevos agentes de Policía Local que de manera oficial forman parte del Cuerpo, al igual que los diez nuevos bomberos que se suman a la plantilla del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamentos de Bomberos. En Ceuta, han sido ellos los protagonistas hace unos días tras jurar su cargo en el Salón del Trono del Palacio Autonómico de la ciudad.