FLOR DE PASCUA
FLOR DE PASCUA

EUPHORIBIA PULCHERRIMA

El icono de la Navidad: la Flor de Pascua

El icono de la Navidad: la Flor de Pascua

La llegada de la Navidad tiene múltiples formas de anunciarse, desde el alumbrado en las calles, los turrones en los supermercados o la aparición de Euphoribia pulcherrima en los maceteros de la ciudad.

Este nombre así no nos dice nada, pero si decimos flor de Pascua a todos nos viene a la mente esos tonos rojos intensos que en estas fechas adornas calles y casas.

Procedente de América Central, ha dejado de ser una planta exótica para pasar a convertirse en una de las tradiciones más importantes y universales de la Navidad. Ya contaba con una importante simbología en la cultura azteca, donde era empleada como remedio medicinal y ofrenda a los dioses. Hasta nosotros llegó  gracias al embajador mexicano en Estados Unidos, Joel Roberts Poinsett (donde la llaman "Poinsettia"), que la introdujo en aquel país para su comercialización en Navidad. Desde aquel momento, se extendió por Europa y Australia como un símbolo más de estas fiestas. Sus llamativos colores, la han convertido en una importante planta de interior haciendo que en la actualidad encontremos unas 100 variedades diferentes.

En cuanto a su biología, es un arbusto que puede variar entre 0.6 y 3 metros. Florece en esta época, y para ello es necesario que no esté expuesta a una fuente de luz desde octubre hasta navidades. A la hora de elegir una para su compra, es interesante observar sus flores pues cuantas menos existan en el momento de la compra más tiempo durarán los vibrantes colores de sus brácteas, esas “hojas” de colores rojos.

Pero, ¿cómo hacer que una vez pasadas estas señaladas fechas nuestra flor de Pascua se mantenga con vida? Tras la caída de las brácteas rojizas, la planta debe ser podada dejando solo unos 6 cm de tallo. En cuanto a los cuidados, esta planta capaz de ser cultivada tanto en el interior como en el exterior, vive muy bien en climas cálidos como el nuestro, e incluso en condiciones adecuadas puede llegar a formar un arbusto de gran tamaño. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se conservan en el interior de los hogares donde demandan lugares muy bien iluminados y un entorno húmedo. Conservarla de una Navidad a otra es sencillo siguiendo unas pocas directrices: evitar la calefacción o los aires acondicionados, colocar la planta en zonas aireadas y con mucha luz.

Elegido un lugar, queda solo aclarar como es el riego. Esta planta requiere poco agua, y los expertos en floristería recomiendan que el riego se haga por inmersión de la maceta en un barreño durante 15 minutos o bien colocar agua en un plato con gravilla. Con estas medidas se evita que sus delicadas raíces se pudran y la planta muera; una vez cada 10-15 días es lo recomendado.

El icono de la Navidad: la Flor de Pascua