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DÍA DEL MAESTRO

DÍA DEL MAESTRO

¡Felicidades, maestr@!

¡Felicidades, maestr@!

Ayer vimos cómo las redes sociales se inundaban de felicitaciones a aquellos/as que tienen una de las profesiones más bonitas que existen: ser maestro o maestra. En Qrónica Ceuta nos gusta saber y hacer saber el por qué de las cosas y nos hemos puesto manos a la obra para conocer los detalles del "Día del maestro".

Esta jornada, en la que se conmemora a las personas que, de forma vocacional, se encargan de que sus alumnos y alumnas aprendan y apliquen esos conocimientos en la vida real, personal y profesional.

Como dato curioso en cada parte del mundo esta cita se celebra un día distinto. En países miembros de la Unión Europea, como es el caso de España, se celebra el 27 de noviembre, día del Patronazgo de San José Calasanz.

¿Quién fué San José Calasanz?

Fue un sacerdote católico, pedagogo y santo español, fundador de la primera escuela cristiana popular y gratuita de Europa. Las escuelas Pías, que fundó en el siglo XVII, se encuentran repartidas hoy por todo el mundo. En aquellos tiempos, la educación no estaba al alcance de todos, ya que estaba destinada a exclusivos miembros de las familias adineradas. Por ello, José de Calasanz fue pionero en conseguir una educación colectiva, que estuviera al alcance de todos.

La figura del maestro, en la actualidad está lamentablemente desvalorada. En su día, además de felicitarles masivamente en redes sociales, sería oportuno reconocer la importante labor que realizan. Desde pequeños nos acompañan, una vez que cruzamos la puerta del colegio por primera vez, separándonos de nuestros padres y mostrándonos que hay mucho por aprender junto a ellos.

La paciencia infinita que siempre se les ha adjudicado por razones obvias, se ha tenido que multiplicar por mil en los tiempos que corren. No sólo por la actitud de alumnos y alumnas, que ha cambiado drásticamente, también por la de sus papás y mamás que, en ocasiones, olvidan que al colegio los niños van a formarse y que la educación debe traerse de casa. No son pocas las ocasiones en las que los progenitores son el peor ejemplo para sus hijos, con comportamientos lamentables hacia los maestros. No olvidemos que son autoridad y que, además, sólo por esa educación que se supone se debe transmitir a los hijos, merecen respeto.

Por suerte, son casos aislados y esta profesión sigue siendo bonita y enriquecedora, contando con grandes dosis de vocación, imprescindible para formar parte de los buenos recuerdos de niños y niñas. Demos las gracias a aquellos que han formado parte de nuestro camino, porque por ellos hemos conseguido ser las personas que somos hoy.

¡Felicidades, maestr@!