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Eva María Martos, enfermera ceutí

¿PIENSA ALGUIEN HACER ALGO?

Es lo que hay, el futuro se marcha de Ceuta

Es lo que hay, el futuro se marcha de Ceuta

Ser joven hoy en Ceuta, es asumir con preocupación el fenómeno del desempleo, considerándose de esta manera uno de los principales problemas que presenta la ciudad. ¿Cuál es la opinión entre los jóvenes?

Muchos son los jóvenes que se van fuera de la ciudad, dejando a un lado su hogar, para seguir formándose académicamente. Sin duda son los mismos a los que les gustaría volver, pero volver con la oportunidad de trabajar. Otros, por circunstancias, deciden quedarse y eligen entre la variedad de opciones, universitarias o no, que la ciudad ofrece.

Aunque cada año los Planes y la Feria de Empleo Juvenil presentan alternativas y oportunidades, las cifras siguen siendo muy elevadas. Además, el sobredimensionado y colapsado empleo público junto a la ya larga crisis en el privado, dificulta aún más el acceso a la estabilidad laboral.

Debemos tener en cuenta que la ciudad acoge a una población de casi 85.000 personas en los 18,5 kilómetros que tiene de superficie.  Los resultados que presentan las cifras del Instituto de la Juventud durante el periodo 2017, muestran que en nuestra ciudad el total de jóvenes comprendidos Ceuta? Según las cifras reflejadas por el Estudio de Población Activa (EPA) de este mismo año, el 61% de los ceutíes menores de 25 años no logra a acceder a una oportunidad de empleo.

Ante tal panorama, hemos querido conocer la situación actual en la que se encuentran algunos jóvenes, qué percepción tienen del trabajo y qué posibilidad de futuro ven en la ciudad.

Eva María Martos, es graduada en Enfermería por la Universidad de Granada, campus de Ceuta. En su caso, optó por quedarse en nuestra ciudad puesto que tenía claro que su futuro profesional estaría en las Ciencias de la Salud y Servicios Sociales. Además, tuvo la oportunidad de marcharse durante el curso 2016/2017 a Oporto con la Beca Erasmus. Para ella, fue casi como una competición, ya que la universidad ofertaba solamente 10 plazas para cuatro destinos.

Comenzó con muchas ganas e ilusión sus prácticas en el Hospital Universitario de Ceuta, aunque el llevar la etiqueta de “enfermera en prácticas” dice, le ha costado ganarse la confianza de más de un paciente. Eva nos cuenta que, para ello, es necesario tener mucho valor, algo que a ella nunca le ha faltado.

La joven enfermera nos relata su decepción, tras finalizar sus estudios y ver que la ciudad no ofrece ninguna oportunidad de trabajar o al menos la opción de seguir formándose como profesional: “Las oportunidades de trabajar tanto en el Hospital Universitario de Ceuta, como en el sector privado son nulas.” Eva María pone el ejemplo de alguno de sus amigos universitarios también enfermeros, que durante esta temporada estival se han visto obligados a irse de la ciudad para trabajar, por ejemplo, en ciudades como Mallorca dentro del sector sanitario. Ante tal situación, ella actualmente está aprovechando su tiempo en prepararse para las oposiciones al EIR (Enfermera Interna Residente) en una academia oficial en Granada, ya que, según nos cuenta, en Ceuta no existe esa opción.

Apenada, dice que siente cómo la situación actual en la ciudad la obliga a marcharse para poder seguir continuando con su formación, aunque tiene claro que volverá con ilusión algún día para ejercer como matrona, que es su verdadera vocación.

Rocío García es Educadora Social, acabó su carrera durante el año 2015, también en la Universidad de Granada. Ella continuó sus estudios realizando un máster  en Madrid. Además ha trabajado en el Plan de Empleo en Ceuta, ejerciendo su profesión en Servicios Sociales.

A ella le sorprende el hecho de que la mayoría de las plazas destinadas a educadores sociales en la ciudad, sean ocupadas por maestros en su mayoría, una profesión totalmente distinta a la suya. También nos cuenta que en otros centros y asociaciones en Ceuta, ni siquiera se exige la formación en Educación Social, ya que en esos casos tiene más peso el papel de los integradores o el del trabajador social. Desde el punto de vista de Rocío, el trabajo en nuestra ciudad está limitado y concretamente el trabajo de los educadores sociales está suplantado o sin oferta de plazas, ya que tienen que esperar a que la ciudad tenga presupuesto para desarrollar algún proyecto concreto con el que estén relacionados.

Como curiosidad nos cuenta que durante un tiempo intentó trabajar en tiendas para cubrir sus gastos y no tuvo oportunidad alguna en la Ceuta. Sin embargo, la llamaron para trabajar en el Centro Comercial  “La Cañada” en Marbella y no dudó en irse.

Actualmente, Rocío lleva un par de semanas instalada en Gerona y su papel como profesional se desarrolla en Centros de Menores, algo que no ocurre en la ciudad, destaca. Después de haber realizado diversas entrevistas de trabajo relacionadas con su campo social, afirma que “el papel de los educadores sociales está muy demandado y hace mucha falta en Cataluña”. La situación de esta educadora no es única, algunos de sus compañeros también se han marchado de la ciudad, para seguir creciendo profesionalmente y en busca de oportunidades como ella.

Rocío considera que los que a día de hoy trabajan en la ciudad lo hacen en una gran mayoría gracias a determinadas influencias o a mucha suerte.

Alejandro Rodríguez es la cara contraria de la situación de nuestras anteriores protagonistas. Considera que las oportunidades laborales están aumentando, sobre todo, en fechas concretas como ocurre durante el verano. Nos pone como claro un ejemplo, su caso, desde que cumplió los dieciocho años ha estado trabajando en las playas de la ciudad como socorrista.

Piensa que la mayoría de los jóvenes lo que realmente desean es tener la oportunidad de ocupar puestos determinados, que estén relacionados siempre con sus estudios y añade que “desde mi punto de vista, nos encontramos en una situación donde paradójicamente los jóvenes están sobrecualificados y no quieren optar a un puesto inferior al que consideran que les corresponde”. Como curiosidad, Alejandro resalta que en su grupo de amigos la mayoría están trabajando o bien en el negocio familiar o han encontrado la oportunidad en empresas de la ciudad.

Alejandro no cree que en su caso haya sido suerte, sino que ha intentado buscar firememente su oportunidad en su propia ciudad. Él se ha formado en función a lo que la ciudad ofertaba académicamente y además a lo que mejor se adaptaba a sus aspiraciones, por ello optó por hacer un Ciclo formativo de Grado de Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD) cuyas prácticas  le dieron la oportunidad de desempeñar su trabajo como monitor en un gimnasio. Actualmente, es soldado de las fuerzas armadas aunque sin dejar de formarse para alcanzar su objetivo: ser Guardia Civil.

Aunque las experiencias de nuestros protagonistas han sido distintas, coinciden en que irse de Ceuta es casi obligatorio y que la mayoría de los jóvenes no duda a la hora de pensar en que las oportunidades están fuera. Sí, es lo que hay, el futuro se marcha de Ceuta, ¿alguien va a hacer algo por impedirlo?

 

Es lo que hay, el futuro se marcha de Ceuta